La muerte es un evento universal y inevitable. Aunque todos estamos sujetos a ella, no hay nada que realmente nos prepare para la pérdida de un ser querido. Según Elizabeth Kübler-Ross, autora de «Sobre la muerte y los moribundos», cada individuo pasa por cinco etapas de duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Este proceso no es lineal y las personas pueden pasar por cada etapa a su propio ritmo. En este artículo, exploraremos estrategias prácticas para apoyar a aquellos que están lidiando con la pérdida. 

Primero, es esencial entender que el duelo no es simplemente una reacción a la muerte, sino un proceso de adaptación y transformación. En su libro «El camino del duelo», el autor William Worden nos presenta la idea de las «tareas de duelo», que ofrecen un enfoque más dinámico y activo para afrontar la pérdida. Estas tareas incluyen aceptar la realidad de la pérdida, procesar el dolor, adaptarse a un mundo sin el ser querido y encontrar formas de mantener una conexión con la persona fallecida mientras seguimos viviendo. 

Reconociendo el dolor 

El duelo es una experiencia profundamente personal y subjetiva, y cada individuo lo vivirá de manera diferente. Para apoyar a alguien en duelo, es crucial reconocer y validar su dolor. Puede que no entendamos completamente su experiencia, pero podemos escuchar, ser comprensivos y ofrecer un espacio seguro para que expresen sus sentimientos. 

El apoyo emocional no se trata de «solucionar» el problema, sino de estar presente. No se necesita tener las respuestas correctas o decir las palabras perfectas. Simplemente estar ahí, ofrecer una presencia calmada y compasiva, puede ser tremendamente consolador. 

Fomentar la expresión emocional 

Es fundamental animar a la persona en duelo a expresar sus emociones. Según Kübler-Ross, permitir que las emociones fluyan libremente es una parte esencial del proceso de duelo. Puede ser útil alentar a la persona a hablar sobre el ser querido, compartir recuerdos y hablar abiertamente sobre sus sentimientos de pérdida. 

A veces, las personas pueden sentirse más cómodas expresando sus sentimientos de formas no verbales, como escribir en un diario, crear arte o música, o participar en actividades físicas. Deberíamos alentar estos modos de expresión y ofrecer el espacio y los recursos para que se lleven a cabo. 

Ayudando con las tareas de duelo 

Según Worden, una de las tareas más difíciles en el duelo es adaptarse a un mundo sin la persona fallecida. Podemos apoyar a las personas en duelo ayudándolas a navegar los cambios en su vida diaria que pueden surgir debido a su pérdida. Esto podría incluir ofrecer apoyo práctico, como ayudar con las tareas del hogar, las finanzas o el cuidado de los niños. 

También debemos animar a las personas en duelo a cuidar de su salud física y mental. Comer una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y buscar apoyo de un profesional de la salud mental si es necesario, son estrategias útiles para manejar el estrés del duelo. 

Finalmente, debemos reconocer que, aunque el objetivo no es olvidar al ser querido, es importante encontrar un equilibrio entre mantener una conexión con el fallecido y seguir adelante con la vida. Esto puede implicar encontrar formas significativas de conmemorar a la persona fallecida, como visitar su tumba, llevar a cabo rituales o celebraciones en su memoria, o llevar consigo un objeto que les recuerde a ellos. 

En conclusión, la mejor manera de apoyar a alguien que está de duelo es ser paciente, comprensivo y flexible. El duelo es un viaje, no un destino, y cada persona lo vivirá a su manera. Al seguir los consejos de expertos como Kübler-Ross y Worden, podemos proporcionar el apoyo y la compasión necesarios para ayudar a las personas en duelo a atravesar este difícil proceso.